viernes, 27 de noviembre de 2009

La Navidad y el medio ambiente

Regala más amor, cuidado, y respeto al medio ambiente en esta Navidad

El verde es, por excelencia, el color más utilizado durante las fiestas de Navidad. El verde está en sus símbolos más tradicionales. En las guirnaldas, en los lazos, en las bolas, y principalmente en los árboles navideños. En estas fechas la compra de árboles naturales se incrementa notadamente generando consecuencias positivas y negativas. Positivas en lo que se refiere a la decoración navideña de la casa, y negativa cuanto al daño medioambiental que causan muchas familias cuando, terminadas las fiestas, tiran el árbol a la basura. Además de eso, existe también un incremento en el gasto de electricidad generado por las bombillas de colores que son excesivamente utilizadas en las casas, jardines, y calles. Otro consumo exagerado es el de productos alimenticios. Un consumidor medio genera al día un kilo de basura doméstica durante estas fechas. Los restos acaban acumulados junto a los contenedores ya a tope de basura.
La revista Consumer propone algunas sugerencias para que esta Navidad seamos todos más respetuosos con el verde y con el medio ambiente.


Qué hacer con el árbol de Navidad:

En España se calcula que la producción anual de abetos y píceas supera con creces el medio millón de ejemplares. Ya no se quitan los árboles de los bosques y hay una producción específica para la Navidad. En razón de eso podemos concluir que el problema ecológico no es el hecho de comprar un árbol natural ya que existe un cultivo apropiado y orientado a estas fiestas. La dificultad reside en qué hacer con el árbol tras la Navidad. En ese caso, lo más conveniente es que se busque un servicio de recogida de esos árboles para evitar que se acumulen residuos suyos por las calles o al lado de contenedores repletos. También es recomendable que cuando compres árboles de Navidad, a ser posible, elija aquellos que tienen raíz; pasadas las fiestas podrás acudir a un centro de recogida para su posterior replantación. Y si decides montar en lugar de un árbol natural uno sintético, mejor que mejor. Tu bolsillo y tu tiempo te agradecerán. Y la naturaleza también.
No utilice el musgo ni el acebo como elementos decorativos. Son plantas en peligro de extinción y su recolección está prohibida en muchas comunidades autónomas. Los frutos del acebo son un recurso alimenticio invernal, cada vez más escaso, para los animales salvajes del bosque.

Qué hacer para no gastar tanta energía:

El desenfreno navideño también está marcado por la cantidad de luces brillantes que adornan las calles, los jardines y las casas. En Barcelona, por ejemplo, las instalaciones navideñas consumen más de un millón de kilowatios tras 160 horas de funcionamiento durante casi 40 días. Todavía no existe una normativa seria y generalizada que regule la iluminación navideña, por lo que se hacen necesarias alternativas viables que frenen tanto gasto de energía. Se recomienda el uso de bombillas de bajo consumo, de micro-bombillas, de módulos que, sin restar calidad decorativa, reducen en un tercio el consumo eléctrico, así como un control limitado de horas de encendido. Si esas medidas fuesen adoptadas por todos los consumidores, incluidos comerciantes y administraciones locales, se notaría una reducción en el consumo, y un mayor interés por las tecnologías ahorradoras. Recuerda que las luces navideñas deben ser un elemento de decoración y no de iluminación.

Qué hacer para reciclar:

¡Cómo se nota cuando se acaban las fiestas de fin de año! Por todas partes hay un acumulo tremendo de materiales que sobran de las comidas, de la decoración, etc. Los contenedores no pueden con todo. Es que la Navidad se ha convertido en la conmemoración por excelencia del gasto. En las recogidas selectivas de los municipios se observa un incremento de papel y vidrio de entre el 20% y el 30%. Lo ideal sería empezar el nuevo año dando vida nueva al cotidiano. Y nada mejor para empezar utilizando el reciclaje. Lo puedes empezar organizando la basura y depositando cada material en su debido contenedor. Aprovecha para reciclar también ropas usadas, muebles que ya no necesitas y otros objetos olvidados en cualquier rincón de la casa. Siempre habrá alguien que los necesite. Recicla los adornos navideños, ordenadores, ropa, máquinas, muebles, juguetes, los papeles de regalo, las postales navideñas, antes de tirarlos a la basura convencional. El compartir, el regalar, también es parte del espíritu navideño.

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